sábado, 23 de noviembre de 2024

Y ahora que #estamosjuntas


(De izquierda a derecha): Laura Domingo (Cuba), Gema Santamaría (Nicaragua), Jocelyn Pantoja (México) y Paola Gallo (Uruguay), 2015








Quiero recordar las lecciones de algunas (que no todas) de las mujeres que han acompañado mi vida. Nombrarlas para abrazarlas a la distancia, reconocer su poder y alcanzarlas.

De mi abuela María aprendí que la naturaleza es sabia; me decía: “Mira, los pájaros se mantienen tranquilos para evitar el calor”, “Mira las nubes... va a llover”.
De mi abuela Celia aprendí que el amor y el cuidado vienen en una taza de arroz con leche, en un remedo de calcetín o medias. Pero también aprendí que la medicina tradicional y los remedios “de la abuelita” son efectivos.
De mi madre he aprendido la lección más valiosa: “Amores son hechos, no buenas razones”.
De mis tías, primas, mi cuñada y mi suegra (Evelia, Celia, Leonor, Laura, María Eugenia, Conny, Evelyn, Larisa, Yuriko, Yadira, Karla, Leonora, Paola, Karina, María Elena, Rox) he aprendido que se puede ser mujer de muchas formas, sí, pero que, ante todo, hay que valorar y disfrutar a la familia. Construir lazos afectivos-efectivos que nos resignifiquen y nos acerquen cada día, pero que también nos ayuden a ser mejores personas.

De mis amigas más queridas de la infancia y adolescencia he aprendido que la amistad, mantenida con el pasar de los años, es impulso, apoyo y escucha. Gracias: Jenny, Yovanka, Angie, Gema, Lizbeth y Coyo. Estaré eternamente agradecida con Yoame Escamilla y Ana Elena Payán por ayudarme a salir de los entornos de violencia.
A mi amiga Lizette Jacinto, con quien he compartido tantas batallas, sólo el cariño, la admiración y el refrendo de nuestra amistad. A mi querida Judith, el agradecimiento por cuidarme y curarme.
De mis maestras aprendí muchas y valiosas cosas:
Amalia Meléndez me enseñó a leer (el periódico, sobre todo) y a estudiar.
Miriam Palma me dijo un día que hay que mantener siempre “la vigilancia gubernamental por parte del pueblo”.Paola Vianello me enseñó que, para participar y luchar, era necesario combatir la “hýbris”.

De mis contemporáneas (amigas, camaradas, compañeras , y roomies) aprendí tanto, pero sobre todo que las humanidades, la reflexión, la crítica, la belleza, el arte, la filosofía, la historia, la literatura, la política, la ciencia, Latinoamérica y todo en este mundo tienen nombre, rostro y cuerpo de mujer. Gracias: Paola, Cynthia, Primavera, Citlalli, Luisa, Mariana, Claudia, Ana, Carolina Consejo, Ruth , Laila , Ana G., Marjory, Adriana LB, Adriana B., Libertad, Alicia Berenice, Tania, Irina, Ursula, Christina, Nina, Noemí, Annu, Natalia, Maricela, Rosa Castillo, Soraya, Nadine, Miranda, Andrea, Mónica, Vivian, Sabrina, Gabriela Astorga, Marina Ruiz, Angie, Mina Navarro, Guadalupe Rodríguez, Evelia, Cecilia, Roxana, Lorena Saucedo, Berenice Granados, Carmen Lucía Alvarado, Paloma y un largo etcétera que ahora se me escapa.

De mis queridas autoras he aprendido que la buena literatura es, ante todo, un compromiso y una forma de vida. La literatura se escribe desde la profundidad de lo más luminoso y lo más oscuro de nuestras experiencias. La literatura mueve, se conmueve, se hilvana, se teje, se comparte. Gracias: Colección Limón Partido: Elma Murrugarra, Elizabeth Neira, Ingrid Solana, Tanya Cosío, Ana Rüsche, Nicole Cecilia Delgado, Gema Santamaría, María Eugenia López, Elisa Andrade Buzzo, Paula Ilabaca, Guadalupe Galván, Ariadna Vázquez, Lauri García Dueñas, Elena Salamanca, Maira Gouveira, Jamila Medina Ríos, Legna Rodríguez, Milenka Torrico, Camila Charry Noriega y Denisse Vega Farfán.Colección Pico de Gallo: Claribel Alegría, Tamara Kamenzain, Soledad Fariña, Carmen Berenguer y Soleida Ríos.
Colección Instante Fecundo: Lalo Barrubia, Malú Urriola, Andrea López Kosak, Rocío Cerón, Ana Franco Ortuño, Carmen Nozal y Rom Freschi. Libro de Autor: Paola Gallo y Laura Domingo Agüero. Colección A-Z: Leonora Alonso, Margarita León, Daniela Rey Serrata, Julia Piastro,  Stefi Izquierdo y Violeta Orozco. De la colección #víboradelamar:Alina Hernández, Svetlana Garza, Zaria Abreu Flores, Minerva Aguilar, Gabriela Aguirre, Eva Cabo, María Cruz, Hortensia Carrasco, Isolda Dosamantes, Karina Falcón, Mónica González, Teresa Irazaba, Bárbara Oaxaca Ceballos, Refugio Pereida, Alejandra Peart, Itzia Pintado, Judith Santoprieto, Aida Valdepeña, Julieta Valero, Sonia Betancort, Vanesa Pérez-Sauquillo, Diana Garza Islas, Mayra Oyuela, Karen Valladares, Yanelys Encinosa Cabrera, Yara Licéaga, Ángeles Martínez, Jessica Freundenthal, Lauren Mendinueta, Olga Leyva, Valeria Meiller, Silvia Piranesi, Krisma Macías, Laura Zavaleta, Rosa Chávez, Alejandra Sequeira, Natalia Hernández Somarriba, Mar Alzamora-Rivera, Magadalena Camargo, Nadia López García, Elaine Vilar Madruga, Elizabeth Reynosa, Darcy Bo, Jessica Pérez Quesada e Ismaray Pozo.  

De mis colaboradoras aprendí que los sueños se construyen con respeto irrestricto hacia la otra, pero también con nuevas formas, formatos y lenguajes. Gracias: Alina, Mary, Majo, Lucero, Ana, Mariana, Violeta, Guadalupe, y a todas las becarias, prestadoras de servicios sociales y pupilas (padwans) que me acompañaron en el camino, el evento, la fiesta, la venta, la reunión y, sobre todo, el trabajo.

A mis sobrinas más queridas (Michelle, Andrea y Ximena) sólo me queda dejarles estas palabras y mi promesa de no claudicar en la lucha porque sus entornos sean seguros, sus afectos sanos y su vida plena.

#Seguiremos  hasta donde alcance la #memoria, la forma será fondo. En todas ustedes existe la identidad entre la belleza y la ética. Gracias.


















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