sábado, 22 de agosto de 2009

una brillante idea

y qué es esto, bueno si no lo ves, no estás, si no estás no eres, es la ropa de las cosas invisibles.

viernes, 21 de agosto de 2009

Apología del AMOR X

Nos dijimos adios,
ojalá que volvamos a vernos
(...) Joaquín Sabina, y nos dieron las 10...

Debo confesar que el proceso de Kitty empezó después. Vamos aquella era una tarde magnífica, tan inolvidable, que, la verdad, deberíamos estar ahí, de nuevo, y no dejarnos. En fin que te marchaste (por cierto, una mala costumbre, pero es así) yo con el deseo completo y tú con todo dispuesto para el viaje de vuelta, qué le vamos a hacer, me dije y empezó el poemario. También es una historia de nuestra primera y última noche, también un duelo: aunque no lo creas te había olvidado, pero siempre vuelves, y sí te lo confieso, es cada mañana cuando me despierto sin tu cuerpo a mi lado. Bastó un instante de tus ojos para que, yo tonta de mí, haga de ti una historia: cualquier historia de amor, el AMOR X, es al final y al principio sólo lo que pasa cuando reparo que estoy sola sin tu cuerpo, pero también, el espacio que dejo para otra historia: otro Sueño. Quizá la utopía de que descanses a mi lado, en una mañana que dejo para el futuro y la vuelta del tiempo. Sí te amo, sí a ti que yaces al lado de una mujer que no te completa como yo. Decirte Adiós no me corresponde porque eres tú quién se obstina en pensarme. Besos de mis labios no presentes para tu corazón.

Recuperación de una vieja costumbre pérdida hace 17 años. o la blogger que nace

Reconozco que hace 17 años es decir cuando tenía trece o doce, pensaba que nadie sino mi diario me comprenderían, también confieso que para bien o para mal, todo ese material inédito de mis primeras letras está perdido, y aunque nunca lo quemé, espero que nunca nadie lo encuentre. En fin que en verdad trato de ensayar esto del Blog, lo abrí seguramente una noche tarde como hoy en donde yo y mi soledad bebemos lo mismo, es decir: el ocio del tiempo. Ahora bien, tuve muchos proyectos para el naciente tamagochi, sé que es algo que debe alimentarse, y que también reclama y todo, pero la verdad es que muy pronto la impronta de todo lo que acontece en mi cotidiano me obligo a dejarlo de lado. Es decir, y por ello tiene un secreto por pocos descubierto, espero, sinceramente lo espero, yo contrario al mundo blogger me ocupe de que este fuera un espacio que sólo los buenos lectores, claro los míos, los imaginarios, los inexistentes descubrieran, porque como bien reza el espacio, está me cae es la pura verdadera palabra. Mi blog como hijo perdido viene, hoy por lo menos a reclamarme mi abandono, yo le digo que sé que es capaz de ir por sí mismo por este maldito ciberespacio y que no tengo tiempo de alimentarlo. Sí el pobre anda pequeñito y solitario en algunos links, que dicho sea de paso, es sólo de personas cercanísimas a las que en algún momento comenté que lo tenía. Es decir, soy una madre desnaturalizada, que irresponsablemente ha dejado a su pequeño, sólo en este mundo voraz de las letras sólo, pero no en realidad no es eso, ni esto es un mero desvarío. Lo que pasa es que uno se propone tantas cosas, que a veces, lo más simple se vuelve complejo. Y bien aquí estoy de nuevo con terror de que alguien encuentre un posible diario, una botella al mar que siempre tiro de una u otra forma, ahora lo hago por dos razones:una comprendí que al final amo escribir y que hacerlo de esta manera es más fácil que pelearme siempre con todas las trabas que le pongo a mis escritos, también he optado por este medio como una forma de salida, sí es así, soy siempre como un dispositivo de entrada y la verdad que no devolver nada, pues la neta, me frustra, no sé qué pasará como siempre. Sólo sé que es un buen medio para el desahogo, de por sí caótico, de todas las cosas que diariamente leo. Sí la escribe lee un código imposible de traducir inmediatamente, todo el tiempo está en diálogo con tres cosas: la realidad de todo, es decir la sucesión de las cosas, en ese sentido recibe todo el tiempo mensajes; las letras de otros, a pesar de que no quiero que nadie me lea, leo todo el tiempo todo lo que me llega, y soy una bloggernauta voraz; la otra posibilidad de que quizá como lectora alguien encuentre en estas letras de salida alguna respuesta. Ese es el problema a mí no me asaltan las preguntas, esas están todo el tiempo flotando, normalmente todo me responde. Me parece que por eso soy tan incapaz de mantener diálogos serios "con quién sabe quién", en fin si alguien me lee, probablemente sea lo menos importante, pues me concibo, finalmente, como una chica que no quiere enseñar su diario a nadie pero le gusta íntimamente mostrarse. Así que si tú o tú o tú están tras de una pantalla leyendo sólo piensa, que la escribe lee y tarda mucho en devolverte la correspondencia pero que cuando lo hace es porque finalmente eres importante. Finalmente quiero hacer una apología de mi siguiente poemario por publicarse, pero eso será, ya en esto en la siguiente entrada, ¿me sigues?

Los devras, segunda promesa cumplida.

Es cierto  cuando conocí a los devras  me sentí terriblemente vieja, pero eso fue únicamente porque me dí cuenta que la tecnología pasó rápidamente y efectivamente convirtió un cassete en un objeto arqueológico y a un tsurú 98  en la equivalencia (en un poema de Eduardo de Gortari) a  un antiquísimo vehículo congelado y capaz de evocar nostalgias.  Eso ya es un hito.

Paraíso en llamas está más lleno de esos momentos, en la particularidad de cada uno de sus autores, no es una antología y si más bien un libro colectivo,  de ahí partió la idea y en eso se convirtió. Andrés Marquez en su presentación  señala "en este Paraíso en llamas vamos encontrar un dossier considerable donde se encuentran las palabras para llenar la oquedad, la búsqueda de esa luz nebulosa y distante que es punto de fuga de nuestra alma. Es poesía de golpe que mueve y conmueve al lector desde lo poético, lo amoroso y lo salvífico".

Hago un repaso rápido de los temas, de tres de  los poetas, que más me interesan de este libro colectivo:

Canciones descompuestas por fertilidad asfáltica de Eliud Delgado evoca imágenes citadinas con sus cadáveres funcionales, domingos de encierro frente al televisor y la  convocatoria al canto y a saltar a la calle, en ellos la pausa y la velocidad y la nostalgia de la ausencia de un interlocutor que se pierde en un rompecabezas y luego encuentro un bufón frente al espejo al cual finalmente se le ataca. Efectivamente Singles  convoca a la nostalgia de tardes tormentosas, de cosas perdidas, quizá la inocencia que se pierde al mirar al mundo cruda y detenidamente.  Daniel Malpica en Paréntesis, se detiene a dialogar con el sendero, con las hojas y nos regala el silencio que es necesario en lo no dicho, en lo paréntetico y posible de una pregunta.

Hago ahora una revisión de las poéticas más potentes de este libro colectivo:

1. Yaxkin Melchy: Una primera tarde de un octubre, hoy lejano, un chico amaneció en mi sillón, después me dejó un engargolado rojo. Lo abrí, y me quedé sorprendida, unas ciudades electro domésticas contenían todo un mundo increíble y estaban en un frasco de mermelada, la verdad, me dije  ¡órale! Esto sí está cabrón, cerré el manuscrito y ahora veo aviones, niños Andrómeda, y estrellas en todos los espacios en los que él sigue poniendo sus ojos.

2. Aurelio Meza: Me costó mucho trabajo comprender la necesidad de cosas tan “aparentemente” lógicas, los encuentros y desencuentros con lecturas de hace muchos siglos y su reescritura en un espacio contemporáneo, leí Sakura, y me quería deslizar en la textura del rojo que imprimé un otoño, después comprendí que hay voces que tardan en ser comprendidas y relojes de tiempo que tienen otros ciclos, mientras los ojos preciosos de un venado persigue la verdad.

3. Iván Ortega: Nunca me gustaron los gatos, pero los gestos que traslucen las letras de un muchacho hiperactivo mentalmente, ende disperso, me hacen simpatizar con las sonrisas más inútiles.

Hago ahora una apuesta por dos voces sinceras de este libro colectivo:

Luis Arce: más allá de la postura o impostura: una voz nítida que mira su espacio en el mundo y sitúa las cosas.

José Manuel Serrano: Una voz de  espacios y pausas concretos, anchas alas que cruzan los pasos y el aire.

Apunto que esto es simplemente una intuición de lectora, editora, que en realidad todos son buenos poetas.

Hay injusticia en los juicios de valor que opuso Luis Felipe Fabre en un artículo publicado en el blog de Letras Libres, cito: El hecho es que los devras andan en eso. Construyendo una retórica juvenil (con los lugares comunes que ésta conlleva pero también con sus hallazgos) que oscila entre la esperanza y la nostalgia (ah, y también hacen esténciles poéticos), cosa que por otra parte me parece de lo más saludable en un contexto literario donde, salvo excepciones, los poemas suelen parecer escritos por viejitos franceses.

1.     No todos hacen esténciles poéticos

2.     Es  cierto los devras están en eso en la construcción de poéticas personalísimas y frescas.

3.     Los lugares comunes son propios de todo el que empieza, pero los hallazgos deberían tener el énfasis.

Y aquí hay varios importantes:

1.     Parten de una necesidad auténtica y en su obra la palabra es la que se opone al vacío.

2.     Las palabras sencillas el lenguaje directo, el desenfado cuidadoso.

3.     La imagen instantánea con la posibilidad de reconstrucción de un momento.

4.     Sí existe una nostalgia adelantada quizá sea que hoy el mundo es más efímero, menos reflexivo y en está velocidad permanente del desvarío de las palabras huecas ellos desafían lo superfluo de la palabra para crear metáforas.  

A su favor tienen varios puntos, no se encerraron en una carrera personalísima, costumbre que destaca en el sistema literario mexicano, se reunieron, dialogaron se leyeron, tallerearón  antes y después de escribir.  Y lo que sucede es que esa nostalgia y también esa esperanza es lo que hacía falta. El sistema literario mexicano basa su crítica literaria en el silencio y la indiferencia, en la poca seriedad y honestidad con la que se revisan o critican los trabajos de los otros. El mismo artículo al que refiero es una suerte de atado anecdótico que caracteriza y funda una comparación injusta , por qué molesta que los jóvenes se reúnan entorno a la lectura y la creación y no anden de “emos”. Quizá porque generaciones precedentes fueron más egoístas, menos solidarias y por supuesto menos activas y creativas en sus formas, quedaron petrificadas en el papel envejecidas jóvenes  en los catálogos de los jóvenes creadores, y con un público lector que se compone por la inmensa minoría de los lectores de poesía.

El tiempo juzgará y ubicará la obra de los devras, en su dimensión, no debería ofender a nadie que tengan la seriedad y el valor de leer y leerse, de ser ellos. En mi opinión personal la  diferencia entre la buena y la mala poesía es que la mala es una impostura y la buena es simplemente la que funda su punto de partida en la honestidad, la que está en la medida de las fuerzas y posibilidades de su autor, la que revela esas otras opciones de una emoción, la que logra traslucir y recrear una tarde, un hastío o un diálogo con la hoja.

Ardamos en la llamas del paraíso solamente para convencernos de que la única opción de este siglo XXI es la reivindicación de la vitalidad en todas sus formas. Vivir es lo único que demostrará nuestro paso por esta última catástrofe y es en sí el más alto gesto de amor. ¡Larga vida pues a nuestros devras! Anótese que al final la que suscribe estas líneas ha dejado la suficiente distancia del tiempo para reconocer:

a.    Que no son muchachitos ensayando a ser poetas, sino poetas

b.    Que el tiempo como el amor lo devora todo.

c.     Que en lo individual y en lo colectivo, ellos como yo aman la poesía del “momento”.

 

 

 

 

 

Primera palabra cumplida. Silencios de Iván Trejo

Decir mucho con pocas palabras es un esfuerzo de síntesis y economía que se agradece en la obra de Iván Trejo. Silencios  es un poemario que invita al lector a la a la pausa necesaria para que la palabra se coloque en su sitio exacto, habite y cobre vida. La intención de economía en este poemario no resta fuerza, ni expresión al poeta, por el contrario sus versos son trazos puros  que cortan el aire de ese silencio. Los versos de este poemario son como una luz de faro, intermitentes luces que iluminan un mar abierto.  Casualmente no es el silencio lo que habita al poemario sino la fatalidad de la posesión  de éste y su reino de oquedades, sombras y ausencias, un punto de partida que iza la vela de la voz del poeta para surcar e irrumpir ese silencio. 

Si por casualidad llegas aquí


Recuérdame así.